25.7.08

Pesadilla

Se sentó en la cama de golpe, a mitad de la madrugada. Su cuerpo empapado en sudor frío, su respiración acelerada. Estaba tan asustada que le costó casi un minuto darse cuenta de que había despertado.

Puso la mano en el pecho y sintió como los latidos de su corazón volvían a la normalidad. Muy lentamente. Pensó, para tranquilizarse, que tales cosas no podían existir. “Despierta... ¡Despierta!”, había pensado y de inmediato estaba en su habitación. Había sido sólo su imaginación. Suspiró, convencida. Volvió a acostarse.

Justo antes de cerrar los ojos, giró su cabeza un poco a la izquierda. Y lo vio.

-¡Despierta! ¡Despierta! -dijo, pero no funcionó.

No hay comentarios.: