7.7.08

Frío

by:

Además de la conocida, casi omnipresente esos últimos días, sensación de vacío en el estómago, sintió frío.

Llevó las manos a los antebrazos contrarios, en un acto reflejo para controlarse. Sintió deseos de apretarse contra sí mismo hasta quedar en posición fetal, pero recordó que estaba en la calle. No podría contestar nada cuando alguien se acercara a preguntarle qué le sucedía. Porque ni siquiera él sabía con certeza qué ocurría.

Siguió su camino, intentando ignorar las gotas de sudor frío que resbalaban por su espalda y los latidos de su corazón, que podía escuchar... “Todos pueden escucharlo”, pensó. Se detuvo un momento para calmarse.

No había notado qué era lo que lo había causado esta vez, o no lo recordaba. Daba lo mismo, porque no era la causa original. Los ojos se le llenaron de lágrimas, antes de que pudiera darse cuenta. Se recargó contra la pared. Respiraba con dificultad, de forma entrecortada. Cerró los ojos.

“Padre nuestro, que estás en el cielo...”, comenzó, pero recordó que no creía en dios desde hacía bastante tiempo. Se llevó las manos al rostro, ya bañado en lágrimas. Dejó de importarle el hecho de estar en la calle. Lentamente se agachó hasta terminar sentado en el piso, llorando.

Una señora pasaba por ahí y pensó que quizá necesitaba ayuda.

-¿Estás bien? ¿Qué tienes?

“¡No lo sé!”, quiso gritarle, pero en lugar de eso, la vio.

Se peinaba frente a un gran espejo, en algún lugar inalcanzable, sin siquiera imaginar lo que ocasionaba, sin pensar en él, sin siquiera darle el mínimo de importancia. Ya no quería verla, por un instante pensó que la odiaba por ser tan egoísta... cuando de pronto ella soltó una risita, miró al lugar en el espejo donde debería estar él y sonrió. Y entonces lo supo.

Abrió los ojos de golpe y clavó sus ojos en los de la señora, sin mirarla. Ella, asustada, intentó huir, pero él la inmovilizó por el brazo, tenía que decirle a alguien. Gritó, con la mirada completamente perdida.

-¡La amo!

2 comentarios:

Nada dijo...

Este esta muy bien. Muchas veces necesitamos decir esas cosas con tanta desesperación que no importa a quien se las digamos, simplemente lo hacemos, ya que estamos cansados de decirlo para nosotros, en voz baja, intentando ocultarlo de los demás.

Andryn dijo...

¿Sabes que es lo que me gusta de tus cuentos? Que puedo sentir lo que escribes, cada una de las emociones. =)